La primera construcción era de ladrillos y tejas y en ella residió con su familia el Mayor General Vicente García González hasta el inicio de 1868 de la Guerra de los 10 Años. Precisamente en 1876, el propio Vicente García comienza ejemplarmente la quema de la ciudad por esta casa. Terminada la guerra es restaurada, pero vuelve a ser quemada en 1897 por las tropas del Mayor General Calixto García Iñiguez.

Se mantiene en ruinas hasta 1919, fecha en que se reedificó su parte frontal para dedicarla al comercio, manteniendo su planta original en forma de U, conservando su patio interior y colgadizos soportados por columnas del orden toscano y ventanas protegidas por guarda polvos; sin embargo, la fachada principal se construyó al estilo ecléctico con un corredor de columnas de fuste estriado y capitel corintio, grandes balaustradas y jerarquizando la entrada principal un frontoncillo redondeado; vanos enmarcados en una platabanda sencilla con las puertas y ventanas de cuarterones y los muros esgrafiados.

En 1985 es entregada a Patrimonio Cultural para su restauración, proyecto que asumió el CENCREM, y donde se le agregó un salón de actividades y se rescató su arquitectura interior, quedando una huella del piso original de inmueble.

Por su relevancia histórica en 1996 es declarado Monumento Nacional.