Más de 10 formas productivas, cuyo quehacer fundamental es la ganadería, fueron visitadas en la madrugada del miércoles, así como cinco rutas de acarreo de leche. En la gran mayoría de los lugares pudieron constatar que se ha hecho muy poco por darle la prioridad que amerita ese renglón.
El análisis realizado resumió los problemas persistentes y los indicadores negativos. Además, dio sus cuotas de responsabilidad a cada parte implicada, desde la propia Delegación y sus especialistas, hasta los entes empresariales que interactúan en el municipio y las juntas directivas de las cooperativas, en las cuales recae el mayor porcentaje de la organización del trabajo en la base.
Walter Simón Noris, primer secretario del Comité Provincial del Partido, cuestionó fuertemente a las juntas y los directivos del sector en general por no gestionar eficientemente la actividad, porque algunos ni siquiera conocen los planes de producción totales y no exigen a los asociados el cumplimiento de sus misiones ni les brindan el acompañamiento necesario. Un ejemplo claro del paternalismo y la falta de control imperante es que la Empresa de Productos Lácteos debe ahora suministrar la leche a la bodega de una comunidad, porque la cooperativa la dejó desprotegida al permitir que el tenente de ganado que asumía esa tarea cambiara su objeto social sin que hubiera una negociación al respecto.
Como asuntos pendientes y a la vez reiterativos continúan el desvío de las producciones, la ausencia de la documentación técnica del ganado en las vaquerías, el mal manejo de la masa, termos sin funcionar, falta de control en la entrega de la leche, unidades con menos del 50 por ciento de las vacas en ordeño y muchas de ellas con más de seis meses sin gestar (vacas vacías); así como contratos que no se corresponden con las potencialidades reales y trabajadores sin cobrar su salario durante dos meses por la resistencia de algunos directivos y usufructuarios de implementar el pago electrónico.
La mala atención a la masa es una de las principales preocupaciones que se reflejó, pues no pocos ejemplares lucen en muy malas condiciones, como resultado de la escasa disponibilidad de agua y alimento, y el exiguo aprovechamiento de la tierra entregada en usufructo. De hecho, en algunas áreas, en vez de pastos y forrajes, crecen el marabú y otras plantas leñosas. Esto, unido al pastoreo deficiente, incrementa las probabilidades de ocurrencia de los delitos de hurto y sacrificio, cuyas cifras son alarmantes.
El control realizado a placitas y mercados de la ciudad cabecera también arrojó muchas violaciones en asuntos ampliamente debatidos, demostrando que el programa de gestión y comercialización agrícola demanda mayor atención por parte de la Agricultura y el Consejo de la Administración del municipio.
Entre las insuficiencias señaladas figuran la ausencia de las listas de precios y los códigos QR para el pago electrónico, tablillas de información desactualizadas, falta de capacitación de los dependientes, mercados cerrados y la presencia de concurrentes en espacios donde el suministro debe llegar desde la cooperativa responsable del lugar.
De acuerdo con las valoraciones del primer secretario del Partido en la provincia, resulta evidente que no se implementan eficientemente las estrategias agroalimentarias locales aprobadas y que los cuadros responsables no están al pie del surco controlando el cumplimiento de los planes y el destino de las producciones. Esto trae como consecuencia que la comida se desvíe para los puntos de venta particulares, en los cuales se expende a precios escandalosos.
El análisis realizado con todos los implicados en el asunto dejó claro que la respuesta no está solamente en incrementar la productividad. Además de aprovechar intensivamente la tierra cultivable y los recursos que tenemos a nuestra disposición, se requiere más apoyo y control del desempeño de los actores principales: los agricultores; así como la inaplazable solución de los problemas organizativos en los mecanismos de comercialización.
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